29 enero 2007



Ey, la última provocación tiene que ver con cuestiones sumamente distorsionadas en el abismo más puro de la razón. No nos encontrarás jamás en un desfase tetrapléjico, jamás. Aquí sólo nos hacemos cargo de la intemperancia crítica, aquella que te melosa los auriculares y te acarrea hacia la desaparición que emula tu propia madrugada. Te extraviarás en tu nueva reglamentación, tu fin consistirá en una entereza. Es sólo cosa de tiempo para que la alegría conforme tu desidia. Y la consiguiente envidia no será la tuya, pues la inocente cordillera arrojará su suspiro septentrional. Cuán maravillosa será la trampa que conformará tu partida.. pues de eso, ni duda: lo que se verá próximamente será tu despedida. En este semiequilibrio paulatino, este y todo tipo de marismas coincidirán con tus ánimos, tus siguientes viajes delatarán la búsqueda incesante que tanto demoras en deletrear. Te sobrará un solo archipiélago dentro de los ojos, probarás lo que es el sabor de un anhelo y estarás de cumpleaños mucho más seguido, pues, el recorrido postrero de tu ánimo en reversa desde tu corazón hacia él mismo dejará marcado en la acera las letras y números que nunca te atreviste a desarrollar por tu cuenta. Desaparecerás para ti mismo en una cuenta evolutiva que llegará hasta 2. Y ya, la rehabilitación podrá ejecutarse desde cualquier célula del planeta y los cachorros impondrán sus reglas a los pendencieros. Cuán justa se verá la retórica dialéctica de tus manos. Cuán exquisito será secarte el pelo cuando salgas del mar.