12 diciembre 2009

20 noviembre 2009

expo

"Hay que revolver el guiso, o se pega"
Julia Beck y Lorena Vivent

Espacio Ecléctico, Humberto Primo #730, San Telmo, Bs. As.
Inauguración: miércoles 18 de noviembre, 19 hs.
Cierre: domingo 20 de diciembre, 19 hs.

En oriente antiguamente las personas cambiaban su nombre acorde iban pasando los años, acorde iban teniendo nuevas experiencias en sus vidas, acorde iban creciendo. Los hombres eran identificados por ellos mismos por su propia palabra. Hombres y mujeres somos seres culturales que dependemos siempre de nuestra historia personal y colectiva del medio en el que nos desarrollamos, no crecemos como hechos aislados sino como parte de un todo, el punto es que todo lo vivo se mueve, lo que se mueve cambia. La pregunta es desde dónde construimos identidad, eso varía según nuestras memorias personales y colectivas.

Antiguamente no se pedían papeles de migración para moverse de un lugar a otro, cada uno podía transitar por donde quería, de hecho en Argentina la ley de migraciones comenzó recién a principios del siglo XX y en marzo de este año en Rabat -Marruecos-, se proponía el tema de un pasaporte universal que permitiera la movilidad de los individuos por donde quisieran transitar. Hoy estamos conectados “todos” por la red, no vemos nuestros cuerpos y si queremos entrar a países diferentes del nuestro se mira de dónde venimos, no lo que somos o hacemos, no es igual latino que africano que europeo, no es lo mismo ser turista que inmigrante: no, no somos lo mismo, no hay que desear serlo, sin embargo resulta extrañamente ineludible en un mundo donde todo el tiempo se habla de democracia e igualdad de globalidad. Creo que un rescate se realiza cuando incluimos las propias identidades de nuestros lugares de origen, y no hablo de lo “folclórico-popular”, hablo de las construcciones que realizamos a partir de lo que nos rodea, hablo de hacer valer nuestras identidades en transito y poder movernos por donde queramos, si la red que es virtual propone eso, ¿por qué en lo material no funciona? ¿Será que a través de la red se controlan estos movimientos?

En África sólo tiene acceso a Internet aproximadamente el 0.8% de la población, esto nos hace preguntarnos si realmente podemos hablar de comunicación global y democrática. A pesar -y conscientes- de ello, la presente muestra fue organizada desde Internet y todos los documentos aquí presentes pertenecen en su mayoría a ciudadanos extranjeros y las fotografías a transeúntes sin identificar de Ámsterdam, Buenos Aires y Berlín. Quizás este sea el único lugar donde se encontrarán.
YO NO QUIERO ANULAR NI DESINTEGRAR LA IDENTIDAD DE NADIE.

texto por Lorena Vivent Barahona



































-¿De dónde eres?
-Soy extranjero
-¿De dónde?
-De Extranja
(chiste de payasos contado por Alejandro Jodorowsky)

Inicialmente sugerimos 2 ingredientes para esta comida: la cultura y lo global (siempre abiertos a las propuestas de los comensales según sus gustos y disgustos). Ahora pasaremos a revolver un poco, no demasiado para que cada ingrediente no pierda su sabor propio, ni poco para que se nos queme el guiso:

Nos reconocemos existiendo en un momento histórico donde los debates acerca de lo ilustrado, lo moderno y lo posmoderno han sido resueltos y desplazados (desgraciadamente gracias a acontecimientos como el fanatismo religioso, la voracidad capitalista, la guerra y la miseria) por la pregunta acerca del rol de la cultura en nuestras sociedades. La cultura, tal vez siendo el elemento menos pragmático de la democracia -utopía occidental y occidentalizada-, ha sabido presentarse como sucedáneo válido de conceptos que rara vez llegan a pisar el mismo suelo de los ciudadanos de a pie y que, en vez de preocuparse de problemas reales y precisos, se muestran como placebos disolventes y statuquoistas, nos referimos específicamente a conceptos como “globalización”, “aldea global”, “sociedad de la información” o los mismos “derechos humanos”. Sin embargo, más allá del prefijo que intenten ponerle a la cultura, inicialmente, desde la normalización sociológica (inter, hetero, trans, pluri, etc.) finalmente nos suenan a intentos de un lobo disfrazado de oveja, pues sabemos que todo este tipo de buenas intenciones, aunque nazcan de un propósito integrador y altruista, más temprano que tarde simplifican el problema y lo diluyen en la eficiencia de la transacción de mercancías y sus respectivos valores económicos.

La identidad, como elemento principal de toda y cualquier cultura, no escapa a este proceso de mercantilización. Para esta exposición, las artistas cuestionan a la identidad como un concepto que urgentemente necesita desmarcarse y definirse lo más lejos posible de ese proceso. Lorena y Julie manipulan de distintas formas el concepto, acercándolo de forma peligrosa, pero consciente, a su mayor enemigo: la ‘gregación’ de las identidades personales, la disolución forzada de lo particular dentro de lo general, a sabiendas de que para oponerse a algo primero se le debe identificar y medir sus fuerzas. Debido a sus respectivas experiencias como extranjeras en algún momento de sus vidas, cuentan con la experiencia y los gestos acordes para expresar su actual preocupación. Las artistas, sabiendo que el arte para definirse como lenguaje debe obtener respuesta, están abriendo un diálogo del cual esperan, al menos, instalar su actual preocupación en el público a través de procesos de empatía con los personajes retratados. Sin hacer abuso de efectismos ni ornamentaciones estéticas, logran limpiamente (lo que se traduce a honestidad) traspasarnos su parecer acerca del tema en cuestión, incitándonos a responder de alguna forma… ¿revolveremos más el guiso o dejaremos que se pegue?

Post scriptum:
"En la aventura artística de Occidente se pueden individualizar dos tendencias opuestas: (…) en la primera tendencia se englobarían aquellos que consideran como tarea del arte alejarnos de la realidad y librarnos de su peso, y en la segunda, los que atribuyen al arte la tarea de proporcionarnos una percepción más fuerte e intensa de la realidad."
Mario Perniola en El arte y su sombra

Defendemos la práctica artística como generadora de procesos dialécticos respecto a problemas establecidos y como herramienta imprescindible para acompañar cualquier tipo de reflexión respecto al entorno, sobretodo cuando el lenguaje preestablecido no escapa a un orden y no está abierto a la innovación: ahí es cuando el arte y los procesos creativos deben irrumpir y reclamar su lugar. Coincidimos con la segunda tendencia que observa Perniola en la cita, en tanto que el arte debe (porque puede) ofrecernos una captación mucho más potente y significativa de la realidad que la que entregan los medios a la sociedad. Nos inclinamos por esto, pues hemos confirmado que los procesos artísticos son capaces -al menos por un tiempo- de escapar de la cooptación cultural, es entonces en ese momento cuando el arte contemporáneo puede arriesgarse aun más y trastocar los cimientos del lenguaje establecido. Creemos que es esa la única forma posible en que el arte puede, en un proceso continuo, ejercer un rol dentro de la realidad.

texto por Gonzalo Pérez

12 enero 2009

11 enero 2009

La so(m)bra de lo real. El arte como vomitorio
Miguel Ángel Hernández-Navarro

"Aun a riesgo de simplificar demasiado, se podría afirmar que lo real aparece en el arte contemporáneo de dos maneras no tan radicalmente opuestas como se podría pensar a primera vista: como un intento de presentar la realidad más allá del arte, y como un intento de presentar lo real del sujeto más allá de la cultura. Dos movimientos de alejamiento. El primero pretende bajarse del arte para entrar en la vida cotidiana, y el segundo, bajarse del mundo real para penetrar en lo que hay más allá de las convenciones culturales."
p. 11