31 enero 2007





Acaso, el desarrollo metódico de la calefacción ‘retórica’ anterior permitiese una aniquilación definitiva de la duda perspicaz, tal vez la lentitud esta de la máquina quiera definir algo extra-machine, ex-machina, like God, like this emptiness called God,, o.. si insistiéramos en la proyección soslayada del error propio en vez de concentrarte en la fallida percepción del yo ajeno (que eres tú, claro) podríamos comprender lo que este vacío nos quiere decir.

De un rechinar necesario en tu lamentable corazón, de eso fue de lo que me acordé cuando intenté recomponerme una canción mortuoria para la ocasión. También sólo sería cosa de tiempo para que te clavaran su cruz en tu cuerpo pues, no fuiste capaz de remendar ni siquiera tus calcetines rotos. Por lo tanto, me veo obligado a resguardarme en los rincones de las habitaciones, en donde nadie perciba mi displicencia para con lo real y oportuno deterioro festivo. Pues claro, ya lo ves, esto es real, no hay consumaciones falsas, ahora todo procede en espiral, todo procede en letargos y lamentaciones confusas y ensordecedoras. El derrame de petróleo sobre tus ojos sólo confirma la inestabilidad del cielo. Si te vas por la calle Corrientes y doblas en diagonal verás, sin mayor esfuerzo, la consistencia del material perdido. La transparencia aquella será tu enésimo simulacro y yo seguiré pronosticando más que describiendo (como siempre). Con una mano interrumpirás en el cristal que te separa del destino, no te darás cuenta de los cortes que te haces, serás el verdugo de tu cansancio, ahorcarás tus decepciones en jarras de leche, comerás carne de mamut cuando nadie te diga que estos existen, serás sacrificada en piras de fuego, fuegos verdes que sólo cesarán al beber de tu dulce aceite.