24 enero 2007



No hay sombras en la roca del mandril. Nada resulta nuevo. Esto no quiere decir como se puede pensar a primera vista que la 'Nada' sea lo nuevo.. ni siquiera, ya quisiéramos una época esplendorosa de esas en que se puede reconstruir desde cualquier lugar con igualdad de fuerzas. Pero no. El titerero tiene nombre y miles de soldados bien pagados y edificios y tiendas en todo el planeta.
No hay sombras en la roca del mandril. Él todo lo ilumina, ve e identifica con el resplandor que despide su trasero. Ni siquiera la alternativa de abandonarse a un nihilismo individualista resulta placentero tan seguido, porque luego vienen las resacas cargadas de responsabilidad y 'pérdida' de tiempo valiosísimo.. Tal vez la música sea la única que sigue conteniendo su amor incondicional hacia nuestro espíritu. Pero tal vez ni ella.
No hay sombras en la roca del mandril. La búsqueda del Lenguaje Nuevo, que de todas formas después será un Lenguaje Larvario, sólo nos remite otra vez a la Rueda de Chicago que nunca de los nuncas nos dejará bajarnos. Pero no se debe decaer, se debe invocar a los dioses Nietzsche, Van Gogh, Artaud, Tzará y tantos otros... ohh, las Diosas Guodmundsdottir, Susan Sontag y Frida Kahlo (por favor!!, ellas son las Reinas de la Fiesta).
No hay sombras en la roca del mandril. Y ya!. Debo arremeter ahora mismo en una vibración de cuerda metálica y precipitarme en el eco infinito de un misterioso bombo. Prepararé pan amasado y tomate con cebolla y ajo para nuestra próxima cena. Espero que vengas lo suficientemente feliz porque yo te descargaré mi euforia y ya no tendrás parámetros para la felicidad con los moretones delicados que te dejaré en el cuerpo.